Hace ya 20 años que me dedico al negocio de la construcción, primero como todos de manera empírica y por necesidad y con el paso de los años la experiencia y especialización te hace ser cada vez mejor en lo que haces y solo hasta entonces te empiezas a hacer profesional, muy aparte de ser profesionista. Digo que te empiezas a hacer profesional, porque para llegar a ello se requiere de ciertos ingredientes que no todos tenemos: pasión, honestidad, compromiso, conocimiento y experiencia son solo algunas de las herramientas que se requieren para ser un verdadero profesional.
En los últimos años mi mercado ha sido la construcción de vivienda “custom” y el desarrollo de negocios inmobiliarios y llama mi atención, motivo del presente articulo, que la obra actual que hemos iniciado en enero de este año también llego a mi por recomendación. Pero lo que más llama mi atención, es que es la quinta construcción consecutiva que llega a mí porque necesita una solución después de un mal sabor de boca del propietario. En este caso el cliente contrató una constructora que lo estafó por casi 40 millones de pesos y, en la obra anterior, el DRO (director responsable de obra) también estafó al cliente. Así mismo, me encontré con un proyecto carente de toda información técnica y por ende un pobre proyecto ejecutivo el cual tuvimos que hacer de nuevo.
Después de varios años de trabajar en la zona, me encuentro que es un caldo de cultivo perfecto en el que se aprovechan de la necesidad y falta de conocimiento de los clientes extranjeros para robarles y estafarles con obras de construcción o procesos completamente mal hechos.
Los Cabos ha crecido de una manera exponencial y con este crecimiento podemos encontrar dignos representantes de arquitectura, ingeniería y construcción en la zona, pero también es muy común encontrar historias de terror acerca de malas experiencias al contratar empresas locales. Y es que ni siquiera son empresas, son contratistas que prestan servicios técnicos solo por el hecho de que existe una necesidad y los clientes casi siempre caen en sus tretas de buen servicio y bajos precios.
Esa ecuación no puede existir, siempre un servicio profesional tiene un costo y es el costo que da una empresa, por sus garantías, infraestructura, pago de impuestos y salarios, así como de su capacitación, estudio y profesionalización. En muchas ocasiones nosotros como clientes tenemos la culpa al confiar nuestras propiedades o proyectos a supuestas empresas que no son más que contratistas que buscan una utilidad rápida. Todo proyecto de construcción requiere de conocimiento técnico, de un equipo multidisciplinario, de tiempo y costo. Este tipo de procesos requiere de planeación y gestión de la información para llegar a buen termino.
Igual que los impuestos, los proyectos se pagan, y con esto quiero decir que los clientes no están acostumbrados a pagar por un proyecto ejecutivo, por un buen arquitecto, un buen ingeniero, un buen despacho, un especialista en costos y así sucesivamente. Con todos los años que tengo en este negocio les puedo asegurar, sin temor a equivocarme, que contratar a empresas serias que aparentan ser más caras siempre darán un resultado en el que tu inversión tendrá menos riesgos. Quiero hacer mención de una frase de un muy buen amigo:
“Si crees que es caro contratar a un profesional espera contratar a un amateur.”
Siempre pagar por un trabajo profesional y contratar a verdaderos expertos parecerá caro y tardado de inicio, pero créanme que esos pesos que nos ahorramos al inicio del proyecto no justifican millones de pesos perdidos en un proyecto mal ejecutado. Envíenos sus preguntas, estaremos muy contentos de responderlas de forma profesional.
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