La democracia energética
Muy seguramente han todos escuchado las recientes reformas e intentos de reformas que impactan directamente a las energías renovables. La escala al momento es incierta y hay muchas especulaciones, inclusive amarillismo de las fuentes de noticias que describen las reformas tan dramáticas que hasta encabezan el atento a quitarle los paneles solares a casas particulares. Espero, desconociendo el real trasfondo de estas reformas y sin tomar una opinión política, que dichas reformas sean para el bien de México, sin embargo, si realmente queremos una democracia energética, una mejor distribución y suministro eléctrico, libre de corrupción y administración leonina que favorece y enriquece solo a algunos sectores, la clave está en descentralizar las fuentes de energía y procurar los medios para promover el auto abasto de manera local en comercios, industrias y hogares con energía solar y almacenamiento.
La energía del sol tiene disponible absolutamente toda la cantidad de energía que necesitamos a nivel mundial. Está disponible esperando a que cada uno de nosotros instalemos nuestros paneles solares. Si seguimos pensando en que sea la CFE el único ente que nos provea de energía, se deberán asignar recursos para hacer inversiones en redes de transmisión, así como inversiones en generación eléctrica.
La descentralización mediante sistemas solares que produzcan energía durante el día y que simultáneamente alimenten nuestros equipos eléctricos y que al mismo tiempo recarguen un banco de almacenamiento que nos provea energía durante la noche, es el mecanismo mediante el cual nos independizamos de la red. De hecho, la CFE puede ser únicamente un respaldo en caso de días nublados.
Demostrado y comprobado con cientos de nuestros amigos y clientes con quienes hemos adoptado esta misión de hacer esto para todos, se eliminarían por completo los costos de generación, transmisión, distribución y administración de la energía volviendo el costo marginal $0 y por ende se democratizaría la energía poniendo en un segundo plano los efectos ambientales que a muchos aun les cuesta trabajo materializar, pero que en definitiva pondrían un rotundo freno al cambio climático.
Si bien los cientos de baterías que hay en el mercado no son una solución adecuada dadas sus deficiencias y no son del todo sustentables por su corto periodo de vida, las que tienen un tiempo de vida mínimo de 21 años, tienen un muy alto costo de adquisición, pero el costo de operación (OPEX) y mantenimiento es cero.
El gobierno que quiera impulsar una verdadera Democracia Energética estará enfocado en impulsar la independencia energética, valga la redundancia, fomentando una cultura consciente del medio ambiente. Además, se podría implementar la exención del IVA en toda la cadena de suministro de los sistemas solares con almacenamiento, eliminación de aranceles de importación de baterías y paneles solares, vehículos que fomenten una deducibilidad de la inversión y vehículos financieros con tasas preferenciales que permitan adquirir alguno de estos sistemas tanto a familias como a hoteles, fabricas, comercios y municipios.
¿Será que nuestro actual gobierno no conoce de esto?, o ¿es que no se busca una verdadera Democracia Energética?