Los beneficios de un edificio inteligente
Como lo mencionamos en el artículo previo, un edificio inteligente es cualquier estructura que utiliza procesos automatizados para controlar automáticamente las operaciones del edificio: iluminación, aire acondicionado, seguridad, por mencionar algunos, utilizando sensores y microchips para recopilar datos y gestionarlos según las funciones y servicios de una empresa. En esta ocasión, hablaremos más en detalle acerca de los beneficios que generan.
Crear o transformar un proyecto de construcción en un edificio inteligente es beneficioso tanto para el propietario como para las organizaciones que trabajan en él. Los beneficios de los edificios inteligentes pueden reducir los costos energéticos, aumentar la productividad del personal de las instalaciones, mejorar el funcionamiento del mismo, apoyar los esfuerzos de sostenibilidad y mejorar la toma de decisiones en toda la organización.
Un ejemplo de eficiencia energética es el uso de la función de arranque y parada óptimos, que permite al sistema de automatización del edificio aprender cuándo debe poner en marcha el sistema de aire acondicionado para una zona concreta del edificio. Otra característica fundamental de los edificios inteligentes es que las cargas eléctricas se agrupan en categorías, desde las críticas hasta las de alta prioridad y las no esenciales.
Más en concreto: cuando la carga del edificio aumenta y se aproxima a la configuración del límite máximo, las cargas no esenciales se apagan en su orden de subgrupo, seguidas de las cargas de alta prioridad.
En términos prácticos, este tipo de sistemas automatizados en grandes proyectos constructivos, pueden ahorrar cientos de miles o hasta millones de pesos en términos de costo de energía. Simplemente consideremos que cuando se pagan millones al año por este concepto, un ahorro de un 5% o 10% ya representa un ahorro considerable.
Las empresas que se dedican a gestionar edificios también se benefician de todos los datos que reciben, así como de la capacidad de control para poder ajustar los procesos con el fin de reducir los costos energéticos y de mantenimiento.
Siempre consideremos que no necesariamente se debe construir un edificio nuevo para tener todos estos beneficios, ya que con la tecnología actual, las edificaciones más antiguas podrán tener adaptaciones de infraestructura para implementar este tipo de sistemas de control y automatización, generando no solo el ahorro económico sino un importante beneficio al medio ambiente y cumpliendo los principios de responsabilidad social.