Valor agregado que representa un plus, en la comercialización de complejos inmobiliarios.
Estimados amigos, en esta ocasión hablaré de la alternativa de incluir en el proyecto inmobiliario, una capilla ecuménica, que ofrezca a los habitantes del desarrollo, la posibilidad de orar y reflexionar de una manera aislada e independiente respetando el derecho a la variedad del culto, que tenemos los mexicanos.
Los desarrollos inmobiliarios, los habitan diferentes tipos de personas, con culturas diferentes y niveles sociales variados. Es cierto que el nivel económico de cada familia es similar por el tipo de desarrollo inmobiliario y la zona donde se encuentra, pero dentro de ese mundo de grupos aislados denominados familias, existe una diferente y particular forma de pensar en cada uno de ellos. En el planteamiento del proyecto inmobiliario, el estudio de las diferencias culturales de los usuarios, nos lleva a pensar en, si es conveniente o no, el incluir un espacio específico y particular de oración y reflexión para los habitantes de este desarrollo, pero ¿qué hacer si las creencias son muy variadas y deseamos incluir, en nuestro proyecto inmobiliario, este espacio arquitectónico? La respuesta es la inclusión de una “capilla ecuménica”.
Para lo anterior, vale la pena comentar que el Ecumenismo, hace referencia a la unión del origen de los cristianos; a partir de Cristo, se crearon diferentes religiones, las cuales separaron las ideologías y formas de pensar de los habitantes de aquellos tiempos, pero con el movimiento ecuménico, se buscó tener un punto neutral, para que cada religión emanada del principio cristiano, encuentre un espacio donde practicar su culto.
Católicos, judíos, cristianos, islámicos, etc. Pueden ejercer su religión en este tipo de capillas, donde por medio de una adecuada administración y programación de eventos, los habitantes del complejo inmobiliario, se sientan con la libertad de ejercer su religión con respeto de y hacia los demás.
Ahora bien ¿qué concepto arquitectónico tendrán estas capillas? Definitivamente tendremos que echar mano de diferentes analogías de diseño como la geométrica, la formal, la tipológica o la conceptual y jugar con los principios ordenadores, incluyendo los de Adición y Substracción, Armonía, Equilibrio, Repetición, Ritmo, Simetría y Unidad entre otros.
Para el arquitecto proyectista, representará un reto formalista (de forma) ya que no es fácil, hacer coincidir dos o más cultos diferentes con sus características específicas, en un espacio arquitectónico de esta índole, pero con habilidad y buena fundamentación arquitectónica, se podrá incluir en el contexto arquitectónico, este lugar de oración y reflexión, que le otorgue al desarrollo, el valor agregado que buscan los usuarios de estos complejos inmobiliarios.
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